El edificio se plantea alejado del área de excavación actual, como señal de respeto a la actividad arqueológica. Se situará entonces oculto, tras el Cuccuro de Santa María. Teniendo en cuenta la extensión del área arqueológica que espera ser excavada, se sugiere a actuar como si se tratara del trabajo de un arqueólogo: en lugar de proponer un edificio emergente, pensamos en un escondido, enterrado, encontrado bajo tierra, como si con el paso del tiempo se hubiera ocultado hasta la actualidad.
Como si surgiera de un movimiento telúrico, el edificio surge de modo que se deposita en el lateral de la colina y su cubierta vegetal actúa como líneas naturales del terreno. Con su ubicación se garantiza la protección contra la agresión del sol desde el oeste y de los vientos predominantes en Cerdeña (Mistral y Siroco). También establece como un nexo de unión entre el distrito de Santa María, el pueblo de Villaputzu y las ruinas, junto a la explanada junto a la carretera SS 125, que actuará como parking y zona de entrada al parque arqueológico y al Museo.
This site is protected by wp-copyrightpro.com